viernes, 9 de junio de 2017

Lo que es la Masonería (Como se presenta)




PRIMERO VAMOS A VER COMO SE PRESENTA ELLA, Y LUEGO LO QUE ES EN VERDAD.

   La Masonería se presenta como una sociedad filantrópica, humanitaria y progresista, que pretende guiar a la humanidad hacia su bien espiritual, moral y natural, fuera de toda consideración de clase, de raza y de religión.

   Desde su fundación, por ejemplo, la Gran Logia Argentina se definió así en sus estatutos: “La Masonería es una institución esencialmente filantrópica filosófica y progresista. Sus principios son: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, y la solidaridad humana. Su base: la libertad civil y de conciencia. Su objetivo: La investigación de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes; el ejercicio de la caridad y la práctica de todas las virtudes. Sus fines: el amor a la humanidad y su perfeccionamiento. Sus preceptos: la honradez, la ilustración y el trabajo Su divisa: libertad, igualdad y fraternidad. El carácter pacífico de la institución prohíbe ocuparse de asuntos políticos o religiosos, recomendando a sus miembros el respeto a las leyes del país y a la fe religiosa y opiniones políticas de caca uno de ellos, mientras tengan por base la moral..." (La Masonería argentina, por. A. Lappas, pág. 9).

   Así se define la Masonería, y protesta siempre, cuando se la presenta como una sociedad secreta, y cuando se la acusa de tener como “como último y principal fin el destruir, hasta en sus fundamentos, todo el orden religioso y civil establecido por el Cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del Naturalismo”. (León XIII, Humanum Genus).

   Los masones mismos reconocen sin embargo su carácter de sociedad de iniciación, con ciertos ritos secretos tradicionales, interpretándolos como “medios para reconocerse entre sí en cualquier parte del mundo" y como “la clave, interpretar sus símbolos y las enseñanzas de orden moral que ellos encierran” y declarando además que son “como una garantía, una defensa necesaria y legitima, que tienen muchas otras instituciones ajenas a la Masonería” (A. Lappas, pág. 11). Y se vale de las condenaciones de la Iglesia y de las persecuciones de los Estados para legitimar la necesidad de esta defensa.


   Sin duda, lo reconocemos, no se puede hablar de “un secreto” de la Masonería. Pero sí, hay Consejos secretos, hay una acción secreta, escondida para los simples socios de los primeros grados que no saben a dónde se los lleva, y firman un cheque en blanco cuando hacen el juramento de nunca revelar nada de lo que podrán aprender durante su carrera masónica. Y como los masones de los primeros grados no pueden asistir a las sesiones o logias de los grados superiores, no pueden enterarse de los planes que tienen los masones de los supremos grados; pero como los masones de los supremos grados pueden intervenir, e intervienen en las sesiones y en la actividad de las logias de los primeros grados, pueden empapar a todo el cuerpo de la Masonería la doctrina de su gusto, la doctrina de la Contra Iglesia, y pueden decidir, en consejos de pocos miembros, medidas sociales o políticas que luego realizarán las logias de los grados inferiores.

   Existe pues, una acción oculta; existen decisiones ignoradas del público, ignoradas de los pueblos engañados, y presentadas con hipocresía y mentira a los mismos masones de los grados inferiores.

   Si se quiere, hay “un secreto”, muy conocido por aquellos que observan y reflexionan: es la tentativa secular  de sustituir a Dios por el hombre, de hacer  del hombre s propio dueño, sin autoridad divina o humana, de deificar a la humanidad.  El humanitarismo, que se llame democrático o de otra manera, es una pseudo religión, es un producto de las logias, y, en el fondo, es una renovación del “Non Serviam” (de Lucifer). Tal es el fin al que tienden los iniciados de los últimos grados, con todos sus cómplices más o menos conscientes.

   Que los que viven fuera de la Iglesia no se den cuenta de ello puede comprenderse; pero que haya católicos que no admitan el carácter pernicioso de la secta masónica, no tiene excusa, habiendo hablado los Papas tantas veces y con tanta claridad. Las fuentes mismas de información que puede tener la Santa Sede, junto a la prudencia con que suele obrar, nos son una garantía de cuán acertadas son sus apreciaciones y sus decisiones.

   Pues bien, nos dice por ejemplo León XIII: “Aunque (las sectas masónicas) aparenten no querer en manera alguna ocultarse en las tinieblas, y tengan sus juntas a vista de todos y publiquen sus periódicos, con todo, bien miradas, son un género de sociedades secretas, cuyos usos conservan. Pues muchas cosas hay en ellas semejantes a los arcanos, las cuales hay mandato de ocultar con muy exquisita diligencia, no sólo a los extraños, sino a muchos de sus mismos adeptos, como son los últimos y verdaderos fines, los jefes supremos de cada fracción, ciertas reuniones más íntimas y más secretas. .. A esto se dirige la múltiple diversidad de derechos, obligaciones y cargos que hay entre los socios, la distinción establecida de órdenes y grados, y la severidad de la disciplina por que se rigen. . . Buscan hábilmente subterfugios, tomando la máscara de literatos y sabios que se reúnen por fines científicos, hablan continuamente de su empeño por la civilización,... etc.,... Cuyos propósitos, aunque fueran verdaderos, no está todo en ello. . . Por grande astucia que tengan los hombres para ocultarse, por grande que sea su costumbre de mentir, es imposible que no aparezca de algún modo en los efectos la naturaleza de la causa. Y los frutos de la secta masónica son además de dañosos, acerbísimos...”.

   La Masonería pues no es lo que ella se declara. ..

   ¿Qué es, pues?...Ya lo veremos en la próxima publicación.


“COLECCIÓN FE INTEGRA”

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