viernes, 17 de marzo de 2017

ASPECTOS DE LA PEDAGOGÍA MARIANA EN FÁTIMA (IIIa parte)




MEDITAR EL ROSARIO PARA CONSOLAR

   Si la meditación permite alimentar nuestra devoción, también permite consolar a Nuestro Señor y así atraer gracias de misericordia. Así lo vemos cuando Nuestro Señor tomó el cáliz de su agonía: sus discípulos ya no estaban con él, se habían dormido. Sin embargo, les había dicho: “MI ALMA ESTÁ TRISTE, PERMANECED AQUÍ Y VELAD”.

   Nos pide esta presencia, esta vigilia, esta meditación.
   Los niños de Fátima vieron esta tristeza de Nuestro Señor. Como si lo hubieran visto tomar el cáliz de su agonía. La visión de esta tristeza de Dios impulsó en ellos el deseo de consolarlo por la meditación.

   A Francisco, que tenía la misión de consolar a Dios, Nuestra Señora le pide el rezo del rosario. Francisco irá al Cielo, promete la Señora, pero tendrá que rezar muchos rosarios. Haciéndolo, acompaña a Nuestro Señor y lo consuela. El “PERO” de María no debe ser mal interpretado. No significa que Francisco no está tan bien dispuesto como su hermana o su prima. Significa que como su misión es consolar a Nuestro Señor, tendrá que rezar muchos rosarios porque la meditación Lo consuela.

Revista de la Cruzada Cordimariana –– Octubre -2014-


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